20 años de sutileza existencial, continúo el camino pateando piedras, arrancando frases de las flores. Enloquecida por el arte en todas sus formas, sigo mis pasos adelantados a mí, destino incrustado en la piel. Eres tú, Rodrigo, quien adorna con girasoles las tierras solitarias que enmarcan el camino. Mi familia son margaritas sonrientes que me cantan bajo circusntancias imposibles. Y es el Amor el que me mueve. Puro Amor... Fuego, combustible, comburente de las fogatas que cada día se encienden en mi corazón.
¡Vamos Que Podemos, Chile! Necesitamos fuerza, pero mientras juntamos atisbos de ella dentro de nosotros, no dejemos las esperanzas de lado. La fe, la confianza... la convicción van a darnos la respuesta, la que soñamos. Nunca dejemos de soñar. Fuerza Chile!
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