20 años de sutileza existencial, continúo el camino pateando piedras, arrancando frases de las flores. Enloquecida por el arte en todas sus formas, sigo mis pasos adelantados a mí, destino incrustado en la piel. Eres tú, Rodrigo, quien adorna con girasoles las tierras solitarias que enmarcan el camino. Mi familia son margaritas sonrientes que me cantan bajo circusntancias imposibles. Y es el Amor el que me mueve. Puro Amor... Fuego, combustible, comburente de las fogatas que cada día se encienden en mi corazón.