20 años de sutileza existencial, continúo el camino pateando piedras, arrancando frases de las flores. Enloquecida por el arte en todas sus formas, sigo mis pasos adelantados a mí, destino incrustado en la piel. Eres tú, Rodrigo, quien adorna con girasoles las tierras solitarias que enmarcan el camino. Mi familia son margaritas sonrientes que me cantan bajo circusntancias imposibles. Y es el Amor el que me mueve. Puro Amor... Fuego, combustible, comburente de las fogatas que cada día se encienden en mi corazón.
¿Alguna vez te has preguntado si eres realmente quien crees que eres? Esa puede ser una de las preguntas más difíciles que nos podemos plantear, si no es la más complicada. Cuando albergamos alguna duda dentro de nosotros en muchos casos acudimos a alguien más, a alguna persona que nos observe desde el exterior, ajeno a nuestros propios sentimientos, buscando algo objetivo, pero... ¿cómo podemos esperar que alguien responda nuestras interrogantes si ni siquiera uno sabe bien quién es? ¿Dónde está el eje o punto de referencia para hilar la pregunta y, por ende, la respuesta? No lo hay, por lo menos no en alguien más. Está dentro de nosotros, porque sólo cada uno sabe quién o qué es realmente. Todos, entes de este maravilloso mundo, debemos descubrirlo, ya que nadie podrá respondernos eso.
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